Uno de los más importantes logros de la humanidad ha sido el reconocimiento de los derechos humanos, aunque se muestre como consecuencia de grandes conflictos que propiciaron la elaboración de documentos universales orientados a la defensa de la dignidad de las personas.
Las personas no solo poseen estos derechos en lo individual, sino también en lo colectivo; por ello se ha procurado reconocerlos y salvaguardarlos en importantes instrumentos internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que conciben la democracia como el sistema que más beneficia la protección de los derechos fundamentales y establecen límites para su salvaguarda.
Participación ciudadana: derecho fundamental para avanzar en la construcción del desarrollo sostenible
Aunque en pleno siglo XXI, existen personas que creen que la democracia se reduce al ejercicio del derecho del sufragio, piensan que el ciudadano democrático se expresa cada 3 o cada 6 años cuando va a una urna, tiene frente a si una boleta electoral y elige la opción política que sea de su preferencia, esto es falso, eso es solo una parte de la democracia, sin duda, las elecciones forman parte del sistema democrático, pero no es toda la democracia, para que el voto efectivamente valga, para que se exprese con sentido, con significado, para que sea un sufragio auténtico se requiere el respeto de ciertos derechos humanos, por ejemplo la libertad de expresión de los candidatos para exponer sus puntos de vista, la libertad de reunión para poder realizar mítines políticos, el principio de una persona, un voto; ésto es el principio de igualdad en materia política, para que no haya personas que puedan ejercer un sufragio calificado, un sufragio que valga por tres, por ejemplo, o un sufragio que elija por los demás.
De tal manera que podemos ver una íntima relación entre la democracia y los derechos humanos. ¿Cómo podemos pensar que una persona vaya a votar con coherencia, con conocimiento de causa, si no tiene garantizado el derecho a la salud? Una persona enferma que se tiene que preocupar por sobrevivir, por tener condiciones físicas que le permitan seguir viviendo, pues no se va a preocupar por conocer la plataforma de los partidos políticos o por informarse de uno u otro candidato, sino que sólo en la medida en que tengamos salud, trabajo, una vivienda digna y decorosa, es que podemos desarrollar un papel como ciudadanos en pleno derecho.
Hay una relación estrecha, entre democracia y derechos humanos, en un sistema democrático, florecen los derechos humanos, pero en un sistema en donde existe el respeto a los derechos humanos, florece la democracia, generando un círculo de interacción recíproca que beneficia tanto a la democracia, como a los derechos humanos.
La democracia es base del estado de derecho y condición indispensable para el ejercicio efectivo de todos los derechos humanos. Todas las personas tienen derecho a la democracia y los Estados tienen la obligación de promoverla y defenderla. La democracia contribuye al pleno disfrute de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales; y a la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres para participar en la vida política y pública.
Actualmente en México, la Constitución federal establece los principios que debe observar el orden jurídico para salvaguardar y hacer efectivos los derechos humanos y tutela el Poder que tiene el pueblo, para determinar la forma de gobierno que mejor convenga a sus intereses.
Existe una fuerte relación entre democracia y derechos humanos, ya que de manera conjunta, son elementos de un Estado de derecho que conllevan una premisa elemental: permitir que los gobernados vivan con dignidad.
Por lo mismo, se tiene la necesidad de que los gobiernos diseñen espacios institucionales y mecanismos de participación menos burocratizados que permitan a los ciudadanos expresarse en el proceso de toma de decisiones públicas y asumirse como corresponsables de solucionar los problemas públicos. Es decir, la apuesta por la democracia participativa se conceptualiza como un sistema de vida basado en un mecanismo racional de convivencia, legitimado por el consentimiento ciudadano a través del voto y de su participación en la vida pública que persigue la identificación de propósitos e intereses comunes entre gobernantes y gobernados.
Aunque hemos tenido avances significativos, respecto a los derechos humanos, aun así, los datos continúan dando mucho de qué hablar, demostrando la gigantesca labor incompleta. El informe presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2015, abordó la situación de inseguridad ciudadana, el acceso a la justicia e impunidad y la situación de periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos y otros grupos especialmente afectados por el contexto de violencia que se vive en México
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“La violación a los derechos humanos es una poderosa llamada de alarma para alertarnos de que la democracia está en peligro. Un mayor respeto a los derechos humanos significa mejor calidad de vida para todas y todos, y una profundización democrática indispensable para que la ciudadanía goce de un horizonte vital enriquecido”. (Carbonell).
Las reformas en materia de derechos humanos realizadas en 2011, denotan la importancia de los derechos humanos, aunque falta mucho por hacer y al Estado Mexicano le corresponde hacer una labor ininterrumpida para mejorar las condiciones de vida y garantizar el respeto pleno de los derechos humanos.